Licenciada en turismo. Diletante de la fotografía y redactora mediotiempista.…
Con la llegada de la primavera, volvieron los días agradables y tibios que tanto esperábamos. Y, allá en Perdriel, la Bodega Terrazas de Los Andes también salió al jardín, sacó sus mesitas al sol, las vistió y adornó con flores. A la sombra de la casa de visitas, con la vigía de una hilera de árboles y mucho verde, nos sentamos a disfrutar de un almuerzo en tres pasos acompañados de un festín de bebidas comprendiendo tres grandes vinos, un trago para el postre y un aperitivo para dar inicio al festín.

Al ritmo de Nina Simone cantando I loves you Porgy, y con charla animada, iniciamos esta aventura gastronómica con un Aperitif de Chandon cuyo slogan Better than Bitter le calza como anillo al dedo. Especiado y entrador, apenas servido con algo de hielo hasta que llegó un vichyssoise (crema o sopa fría a base de papa, puerro y cebollín).

Nuestro appetizer antecedió al tartín de trucha ahumada y puré de arvejas, acompañado de un maravilloso Reserva semillón , bien tropical, puro ananá y frescura, ideal para acompañar un plato con sabores de mar. Si se desea, solicitando el upgrade de vinos, se puede acceder al Reserva chardonnay, parcialmente envejecido en roble francés, bien equilibrado y super floral (jazmín).

El ojo de bife, que seleccionamos como plato principal, llegó con ragoût de vegetales y croût de coliflor (una costra crocante de coliflor y comino maravillosa). Nina seguía cantando, y vaya a saber si fue casualidad, cuando llegó el Reserva malbec sonó Lilac Wine y la coincidencia fue genial. En caso de ir con el upgrade de vinos, en este paso viene un malbec Apelación de origen Las Compuertas que, personalmente, me gustó mucho por su nariz dulzona (recuerda compota de ciruelas) y gran acidez en boca, contrarrestando la grasitud de la carne. La opción vegetariana de plato principal es una colorida pasta de remolacha rellena de hongos de pino con salsa mojo rojo, especiada y picantona.

Pero lo mejor, dicen, se deja para el final. Ante las opciones de postre, nos decidimos por el macarrón de queso azul con esferas frescas de chocolate blanco. Para quienes amamos el queso azul, este postre fue una verdadera bomba de sabor que no cansaba al paladar. Acompañaba un cóctel, cuya base era un torrontés Reserva, preparado con vodka y un almíbar de cedrón ¡la combinación era soberbia! Quienes soliciten el upgrade de vinos, en vez del trago recibirán una copa de petit manseng, un vino generoso que no necesita compañía más que la de las ganas de disfrute.
El restaurant de Terrazas está abierto de miércoles a domingos y feriados. El menú de tres pasos- cada uno ofreciendo tres opciones de selección y platos vegetarianos- tiene un precio de 1950 pesos por persona e incluye un aperitivo, tres vinos de la línea Reserva, un trago de postre y agua mineral. Si se desea, se puede solicitar acceder a líneas superiores por un adicional. Las propuestas de almuerzo van mutando según estación.

Noelia Squizziatto, es la encargada de cocina de la bodega Terrazas. Chef y pastelera de profesión, hace quince años pone manos a la masa y se ganó un lugar fundamental en la hospitalidad y gastronomía de Terrazas. Su cocina de autor busca el producto regional y algunas intervenciones de la cocina francesa que se revelan con delicadeza y calidez. Quienes hemos tenido la posibilidad de sentarnos a su mesa en más de una oportunidad, hemos acompañado su evolución descubriendo sabores maduros y gran creatividad que, bocado a bocado, llenan de deleite.
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Licenciada en turismo. Diletante de la fotografía y redactora mediotiempista. Escribo sobre viajes, cultura y vino.